CLAUDIA LORENA CAICEDO :La presencia del café en el departamento del Cauca se remonta a los años de 1700 como lo manifiesta el historiador José Chalarca en su libro ‘El café en el Cauca, 247 años de historia’. Sin embargo, ha sido desde las últimas dos décadas del siglo pasado que el café toma importancia en la vida social y económica de la región.
Tal vez esto obedezca a las diferentes situaciones sociales que se han desarrollado en el Departamento desde comienzos del siglo anterior, en las que la cultura afro e indígena imprimieron una dinámica propia de su visión sobre el territorio; y en el que el cultivo del café sirvió para afianzar su posesión y el fortalecimiento de una economía propia.
La escasa provisión de servicios públicos, en especial vías terciarias y energía, hasta muy entrado el siglo pasado en el Cauca, desestimuló la agricultura en gran escala, entre ellas, a la caficultura empresarial. Estas situaciones conllevaron a que la caficultura del Cauca tuviera una dinámica propia de su cultura, en la que, por mucho tiempo, el café fue complemento más que cultivo principal.
Hoy esta situación es diferente, el Cauca cuenta con 93 mil familias cultivadoras de 95 mil hectáreas de café y es considerado el cuarto Departamento en importancia cafetera en el país, y uno de los proveedores de cafés diferenciados con alto reconocimiento internacional.
Llegar a esta posición ha significado concentrarse en los últimos tiempos, en la estrategia de educar para la integración generacional al mundo global cafetero; crecer con una caficultura nueva y adaptable al cambio climático; agregar valor en toda la cadena de aprovisionamiento para hacer rentable en negocio; comunicar para construir y mantener la armonía comunitaria; y coordinar y apoyar la gestión pública en la provisión de servicios que propendan por la rentabilidad y el buen vivir en la zona cafetera.
Además, en los últimos tiempos se cuenta con el apoyo de los gobiernos municipales y la gobernación del Departamento para crecer, mejorar y posicionar comercialmente al café caucano, pues cada peso que se invierte en el café, se devuelve con creces a la sociedad en general.
Así las cosas, la caficultura caucana cierra el 2017 con indicadores de competitividad sobresalientes: 98% de la caficultura tecnificada, 85% de los cafetales jóvenes, una edad promedio de 7,5 años y un área en café de 95.600 hectáreas, 80% de ellas sembrada en variedades resistentes.
Se calcula por ejemplo que la cosecha del año anterior fue de 105 millones de kilos de café pergamino seco, generando para la región ingresos por 700 mil millones de pesos y una ocupación calculada de 65 mil empleos agrícolas directos, cifras que nos ubican como 4° Departamento productor de café a nivel nacional.
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